lunes, 23 de mayo de 2011

My Fairy Tale

... Y contaban que soñaba con el bailar de las olas, sus pupilas se confundían entre los peces que aleteaban entre sus piernas, se veía entre su cabello el nacer de las algas, sus dedos consecutivamente enredados entre los pulpos. En su pecho se sentía el cantar de los delfines, y su espalda se alumbraba con el brillo de las ostras, mientras sus pies se fundían con el calor de la arena. Sus uñas afiladas hacían juego con los puercoespines, y sus brazos tomaban forma de esponja, absorbiendo la sal en su incansable intento por curar su herida. Y contaban también que mientras su mente se perdía en la inmensidad del crepúsculo y su alma volaba al ritmo de las gaviotas, su corazón se disolvía en el recuerdo de esa sirena que siempre deseo y nunca pudo tener. 

Y mientras la humedad le penetraba los huesos, su mente se confundía entre recuerdos tácitos y fábulas ardientes que no dejaban de revolotear en lo mas profundo de su ser. Se le veía como alma en pena divagar entre las aceras de piedra, entre callejones de formol, rodeados de edificios agrietados, entre ventanas de metal oxidado, vidrios rotos y ecos que retumbaban, aumentando sus ansias de desaparecer. 

Pasaba los dias entre colillas de cigarrillo, con la mirada fija hacia la nada, solo esperando a que el crepúsculo le devolviera esa mitad que le arrebató conviertiendola en perfume de atardecer, que a su modo de ver, solo era el aroma que despedía una repugnante soledad y la inexplicable desolacion que habitaba en su ser. 

Fue asi como su alma, agotada por el peso de la sangre que manaba de su corazón y las reminiscencias utópicas que cundían el baúl de sus recuerdos, emprendió un viaje sin fin por la marea que había creado para si misma. Su cuerpo quedo entonces sumido en una pausa eterna, reducido a la fachada de un hombre de pies ampollados, mente perdida y corazon de oro.

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